jueves, 30 de julio de 2009

Carta al lector sobre la nueva ley de educación


Santa Rosa, La Pampa, 19 de julio de 2006.
Señor Director
Diario……………………..
S / D

SOBRE LA NUEVA LEY DE EDUCACIÓN

El 5 de julio en todas las escuelas se conoció el proyecto sobre la “nueva ley de educación”. Las comillas no son casuales, ya que, si pensamos que Filmus fue asesor de la ministra Decibe en el gobierno de Menem y que J. C. Tedesco fue mentor de los diseños internacionales de la reforma desde la UNESCO, muchos ya sabemos que esto es más de lo mismo. El gobierno de Kirchner se caracteriza por el doble discurso y las reformas cosméticas por eso pusieron para este proceso figuras “progres” como Puiggrós o Tedesco, que, en la actualidad asesoran nada más ni nada menos que a funcionarios como Solá, el gobernador que más avanzó con la municipalización de la Ley de descentralización.
Pero, muchos de nosotros ya sabemos que esto es una farsa. El gobierno se propone realizar una farsa de discusión para crear una nueva ley a la medida de las necesidades e intereses de Techint, Repsol, Telecom y los grandes grupos económicos que en estos cuatro años de recuperación económica han embolsado hiperganancias mientras 6 de cada 10 trabajadores están precarizados y un 40 % de la población continúa bajo la línea de pobreza.
La frase más común que circuló por la mayoría de las escuelas fue: “Esto ya está todo cocinado”.
Recordé, cuando en los noventa, vinieron con la Ley Federal de Educación y, como, a algunos, con la promesa de mayor puntaje en forma de créditos suplementarios se la hicieron rendir en una evaluación escrita dónde hubo hasta docentes jubiladas que los controlaban para que no se copiaran!!
El proyecto de país de este gobierno se asienta en la consolidación de la estructura social de los noventa y la devaluación del 2002.
¿Qué debate quieren los que nos gobiernan? Las fechas de los debates no se definieron ni clara ni públicamente pero tampoco se dispuso quienes van a ser los sujetos de este debate. Se sabe que hubo una reunión (o varias) con los dirigentes sindicales pero no hubo participación directa de los docentes ni de los estudiantes. Considero que para que el debate sea realmente democrático y tengamos poder de decisión deberíamos imponer con la lucha de todos los docentes, el movimiento estudiantil, los padres, las organizaciones de trabajadores un Congreso Educativo, sin empresarios, ni la Iglesia, sin los responsables de las reformas noventistas. En ese proceso de debate se abordarían las bases teóricas, políticas, prácticas, económicas, de la educación que queremos. Estas discusiones y todas las propuestas deberían ser publicadas, para que no haya una única voz. Esta educación nacional que algunos proponemos deberá responder a las necesidades e intereses de la clase trabajadora y los sectores populares con las consignas que defendemos: educación pública, gratuita, laica, científica y no dogmática.
Algunos compañeros docentes piden que la nueva ley tenga más especificidad (!!!) y plantean, entre ingenuos y obsecuentes: “Ahí no dice lo que vos interpretás” (¿?). Las leyes en este sistema no fueron formuladas para defender a los trabajadores sino para explotarlos y el ESTADO es el que legitima esta explotación.
Por ejemplo, para la ley 1124 el régimen de incompatibilidad en La Pampa permite que un docente trabaje de 36 a 48 horas cátedra (40 minutos) semanales, en algunos casos. Muchos se asombraron cuando, en una escuela, se comentó que en Jujuy esta incompatibilidad es de 60 horas cátedra por semana. En La Pampa la ley 1124 permite al maestro de grado tener dos cargos. Ahora bien: un cargo de maestro vale 15 horas cátedra por semana para la ley en el régimen de incompatibilidad pero el docente trabaja efectivamente casi 30 horas cátedra por semana. O sea que si este docente tiene dos cargos, trabaja 60 horas cátedra por semana!!!.....no hay, de esta manera, mucha diferencia con Jujuy. Esta explicación de nuestro actual sistema de explotación trabajadora también me lleva a otro punto tratado en la nueva ley de educación: la productividad. Eje, este, que involucra tanto a los trabajadores de la educación como a nuestros futuros egresados.
Productividad, para los que nos consideramos marxistas, “se trata de la introducción por parte de los capitalistas, de nuevas y más modernas máquinas y tecnología al proceso productivo, logrando que los obreros produzcan más mercancías en el mismo tiempo.” (P. Bach y J. R. González, “La productividad del trabajo y la jornada laboral”. Semanario La Verdad Obrera N° 188). Esto podría significar que la producción de lo necesario precise menos horas de trabajo, logrando así disponer de más tiempo libre para que los trabajadores descansemos, disfrutemos de la cultura, del arte, del deporte, etc. Pero, en el capitalismo, este proceso permite robar de horas de trabajo a favor de los empresarios. Esto se traduce en que hay un sector de los trabajadores que son súper explotados, (con jornadas agotadoras) mientras que enorme cantidad de la población es mantenida desocupada. Esto podría resolverse repartiendo las horas de trabajo entre todas las manos disponibles aumentando los salarios.
Hay varios puntos oscuros en esta “nueva ley” que debemos analizar mejor pero, por ejemplo, la Ley Federal de Educación (1993) y la nueva ley (2006) hablan sobre la definición de agentes educadores : “En este marco, es preciso reafirmar que las acciones educativas son responsabilidad primaria de la familia, como agente natural y primario de la educación, del Estado Nacional como responsable principal, de las Provincias, los Municipios, la Iglesia Católica, las demás confesiones religiosas oficialmente reconocidas y las Organizaciones Sociales” Con lo cual cualquier entidad privada brinda educación y hasta puede ser subvencionada por el Estado, utilizando los fondos públicos(hoy la educación privada se lleva más del 25% del presupuesto nacional asignado a educación), obviamente en detrimento de la educación gratuita, pública y estatal.
Estas definiciones se mantienen textuales en el documento de la nueva reforma. Como así los artículos 2, 3, 4 y 5 de la Ley Federal de Educación. Pero el documento avanza no sólo sobre la definición de la Iglesia como agente educador, si no también, definen la religión como dimensión pedagógica, como punto altamente retrógrado. “Una educación que permita que las familias elijan para sus hijos una institución educativa que responda a sus convicciones filosóficas, éticas o religiosas”. Con esto la religión, que pertenece al “ámbito privado” es considerada parte de la educación, por lo cual las escuelas confesionales dejan de tener jurídicamente un fin privado, para tener un fin social que justifica no sólo su existencia, si no, como ya dijimos, ser financiadas por el estado, y por que no, que la religión sea parte de la educación brindada por el estado.
El Estado no sólo permite que la Iglesia eduque, sino que avala la censura que esta institución impone sobre los contenidos escolares. Los ejemplos sobran, pero el más trascendente es la negación y boicot al libre desarrollo de la tan necesaria educación sexual para niños y jóvenes que desde hace años se está discutiendo en nuestro país demostrando el sesgo ideológico oscurantista de la Iglesia contra los sectores populares.
Esta nueva ley fue la “invitación a soñar” lanzada desde la casa rosada por el Ministro Filmus y acompañada por distintos empresarios, la AEA (Asociación Empresaria Argentina) y la UIA (Unión Industrial Argentina), Moyano, emisarios de la Iglesia, dirigentes de CTERA y UDA, etc. La discusión ya se había hecho con el empresariado, tal como consta en la página del Ministerio Educ.ar, donde en ronda de consulta el 15 de junio, la propuesta de Filmus la aprobaron Techint, Comercial del Plata, la alemana Volkswagen, Banco Río, Ledesma, Telecom, etc, quiénes en los ’90, por acción o por omisión, apoyaron la implementación de la hoy cuestionada por todos Ley Federal de Educación y la Ley de Educación Superior, estaban presentes y pretenden ser actores de privilegio en este nuevo capítulo de reforma educativa. Reformas que el menemismo realizó, repetimos, con la complicidad de unos cuantos que hoy están junto a Kirchner en este “sueño” de “recuperar la alegría de enseñar” (palabras de Hugo Yasky, titular de CTERA en la casa rosada) que significaron la implementación de ajuste, desregulación, descentralización, con el objetivo de avanzar en aspectos privatizadores sobre la educación pública.
Frente a la crisis educativa, que dejaron las leyes menemistas, el gobierno lanza una farsa de debate en la que ya todo fue discutido por los mismo “expertos” (incluidos nuestros dirigentes sindicales) que hicieron aquellas leyes. Sin embargo personalmente creo que hay que iniciar un camino de discusión y movilización para enfrentar esta nueva reforma. Creo que, al igual que en Chile, donde los secundarios se movilizaron, tomaron colegios desnudando la Ley Orgánica Constitucional de Educación (LOCE), que venía de los tiempos de Pinochet, aquí, tenemos que ser los docentes en su conjunto, los estudiantes, junto a otras organizaciones de trabajadores quienes estemos a la cabeza de organizarnos para terminar con estas leyes y lograr una educación al servicio de los trabajadores y el pueblo. Pero, creo que debemos ser los docentes que no nos sentimos representados por las conducciones burocráticas, que dieron sobradas muestras de traición a las reivindicaciones más significativas, quienes nos organicemos e impulsemos un llamamiento para encabezar esta lucha contra este intento de emparchar la Ley Federal de Educación. Creo que este movimiento de los estudiantes secundarios y sus organizaciones, los terciarios, universitarios, docentes de todos los niveles y a todas las organizaciones de trabajadores, padres, deberá ser el que impulse un verdadero CONGRESO EDUCATIVO sin empresarios, ni la iglesia, ni los que implementaron las políticas anti-educativas de los ‘90.


Claudia E. Lupardo
DNI 20.240.686

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