Millares de mujeres que desde el neolítico hasta nuestros días fueron raptadas, esclavizadas, quemadas, violadas, asesinadas, sin derecho a quejarse, a sublevarse, a enojarse, a defenderse, a levantar la voz. Por eso yo no quiero ser ni sumisa ni obediente. No hace mucho León Trotsky dijo: "Si en realidad queremos transformar la vida, tenemos que aprender a mirarla a través de los ojos de las mujeres."