jueves, 30 de julio de 2009

Basta de impuesto a las ganancias para los trabajadores


Santa Rosa, 15 de enero del 2009.
Carta al lector

BASTA DE IMPUESTO A LAS GANANCIAS PARA LOS TRABAJADORES

El actual gobierno anunció, sobre fines de diciembre, la anulación de”la tablita de Machinea” pero, con el segundo medio aguinaldo, los docentes con mucha antigüedad y el tope de horas cátedra (48), sufrimos recortes en nuestros sueldos por el impuesto a las ganancias.
Por un lado el gobierno dice luchar por una sociedad más justa e igualitaria y por e otro nos roba parte de nuestro salario. La aplicación del impuesto a las ganancias a los trabajadores que recibimos mes a mes nuestro sueldo es lisa y llanamente un avasallamiento a todos los derechos adquiridos a lo largo de una ardua lucha gremial.¿De qué ganancias están hablando? ¿Del 120% que recibimos por tener más de 20 años de antigüedad? ¿De trabajar más de ocho horas por jornada?
Desde ya que en toda ley hay trampas. ¿Será cierto que hay funcionarios que, para que no se les aplique en su totalidad el impuesto a las ganancias, realizan una donación de una parte de su sueldo a una cooperadora o entidad de bien?¿Será algún funcionario como Varizat que, luego de atropellar docentes, la justicia lo premia dejando que siga usando su carné de conducir y pidiéndole que vaya a hacer terapia? ¿O será alguno de estos ricos funcionarios pampeanos que poseen millones de pesos en su declaración jurada? A ellos ¿Cuánto les descontarán por el impuesto a las ganancias?
Mientras estos funcionarios se han hecho millonarios, en la misma provincia, a muchos trabajadores, que exceden el mínimo no imponible impuesto por el gobierno y pactado por las centrales sindicales, les han descontado desde doscientos a cuatro mil pesos a honestos trabajadores que ven día a día como aumentan los precios de la canasta mínima.
El impuesto a las ganancias hay que eliminarlo para los trabajadores porque ganancia es la que tienen los empresarios, nosotros, los trabajadores, percibimos salarios y los salarios son completamente distintos a los ingresos de los empresarios, es decir a las ganancias. La diferencia no consiste solamente en una cuestión de cantidad, sino que son opuestas por el vértice. El empresario percibe su ganancia, por ejemplo, al vender las mercancías producidas en su empresa, luego de invertir en maquinarias, materias primas y mano de obra. Parece lógico que siendo él quien invirtió su capital, se quede con los productos y los venda, recibiendo al final una “honrada” ganancia. Pero, Marx demostró hace tiempo, que la ganancia tiene su origen en la apropiación gratuita de una parte del trabajo realizado por los trabajadores. Esta apropiación consiste precisamente en nuestra fuerza de trabajo que vendemos todos los días a cambio de un salario.
Si a esto le sumamos que, encima cuánto más trabajamos y más antigüedad tenemos, más sueldo nos sacan compulsivamente para el impuesto a las ganancias la conclusión es que se debe eliminar este impuesto para los trabajadores y dejarlo para las grandes fortunas de los empresarios y sus políticos corruptos, enriquecidos para votar leyes e impuestos que atacan directamente el bolsillo de los trabajadores. Es así como los empresarios y el Estado, nos arrebatan hasta la última gota de sangre en nuestra vida activa y aún como jubilados.

Claudia Lupardo
Patricia Lupardo

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