En La Pampa, se inició el juicio a Victor Purreta, acusado de asesinar a
su pareja, Andrea López, desaparecida el 10 de febrero de 2004, víctima de las
redes de trata y prostitución y por quien las organizaciones políticas,
sociales y gremiales pampeanas hemos venido reclamando por su aparición con
vida.
Purreta
obligaba a prostituirse a Andrea López, y, además regenteaba un cabaret, en
Pehuajó. Cumplió condena por facilitamiento de la prostitución, aunque el
cuerpo de Andrea nunca apareció.
La causa
dio un giro cuando en 2011, el hijo de ambos, quien al momento de la
desaparición de Andrea tenía cuatro años, declaró en Cámara Gesell, que Purreta
había ahorcado a su madre, durante una discusión, la noche antes que
desapareciera. El niño vio a su madre en la cama de la pareja y fue testigo de
las acciones para reanimarla, que realizó Purreta.
Andrea
era una ex trabajadora de la fábrica Calzar, y vivía con el boxeador Victor
Purreta y el hijo de ambos. Era obligada a prostituirse, a través de la violencia,
en el momento de su desaparición. Luego de diez años, la causa estaba por
prescribir, por la inoperancia y la complicidad de los gobiernos provinciales
que ampararon a Purreta, que forma parte del aparato punteril oficialista.
Después
de tres gobiernos peronistas, el jefe de la Policía sigue siendo el mismo.
Andrea nunca fue hallada. Los testigos señalan la violencia a la que estaba
sometida por parte de Purreta, que la mantuvo esclavizada en la prostitución,
temerosa por su vida y la de su hijo. En cada escalada de violencia de Purreta,
Andrea se refugiaba en la casa de su madre, Julia Ferreyra, principal
querellante en la causa de homicidio simple. Miércoles 17 de septiembre de 2014.
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